miércoles, 4 de febrero de 2009

Baremos y farmacia rural

Soy farmacéutica en ejercicio desde 196 en un pueblo cuya población actual es de unos 200 habitantes. Cuando me licencié (1990), solicité al amparo de las leyes apertura de nueva oficina en varios municipios de menos de 500 habitantes y sin farmacia. Ésta, junto con alguna posibilidad más (núcleos aislados, o comprar), era la única vía de abrir para un recién licenciado.

La abrí con ilusión y esperando que con los años mis méritos fueran acumulándose para mejorar en otra de mayor población; pero cuál es mi sorpresa cuando compruebo que los años que llevo en un municipio rural tienen el mismo valor que si hubiera ejercido en el centro de Madrid. Pero no desespero, y en la última resolución del 23 de Septiembre del 2008 salieron a concurso en Madrid nuevas aperturas; es una oportunidad, hay que intentarlo. Pues la primera en la frente; si solicitaba una apertura, aparte de pagar alrededor de 500 euros por cada solicitud, en el caso de que me fuera concedida, mi oficina debería cerrarse. Y con la actual legislación en este pueblo dudo que se pueda abrir una nueva farmacia. Ahora que se va a realizar una revisión del baremo es necesario que se revise con detenimiento el ejercicio de nuestra profesión en el ámbito de la botica. Creo que los años de trabajo a pie de farmacia merecen una baremación más justa y favorable. Por supuesto que el expediente académico, los cursos, trabajos relacionados con la oficina de farmacia tienen mucha importancia.
Lo que no entiendo es que los años dedicados al ejercicio de la profesión en otras áreas deban ser tan tenidos en cuenta; creo que los años que dedicamos los farmacéuticos de botica no son tan tenidos en cuenta al optar a otros puestos, sin desmerecer la experiencia de los profesionales de otras áreas. A los nuevos licenciados hay que darles oportunidades, pero sin olvidar que también en su momento los que nos íbamos a un pueblo también lo éramos.
El modelo actual, y es una de sus excelencias, asegura que haya un servicio farmacéutico en puntos recónditos, y si la farmacia, tal como la conocemos, ha perdurado es porque nuestra ordenación se ha asegurado de ello. Ahora bien, si queremos que esa red siga llegando al último rincón de nuestro país, a uno de sus pilares, la farmacia rural, no se le puede dejar de lado.

Asunción Cuesta. Pinilla del Valle (Madrid)

Carta al Director de Correo Farmacéutico. Publicado en Correo Farmacéutico nº351. Semana del 2 al 8 de Febrero de 2009

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