miércoles, 6 de mayo de 2009

REFLEXIONES SOBRE GUARDIAS

En los tiempos que corren, con procedimientos abiertos frente a nuestro modelo de farmacia, surgen los verdaderos argumentos en su defensa, que durante muchos años estuvieron dormidos o no se airearon con la claridad que se ventilan ahora. Uno de ellos es el servicio/prestación farmacéutica que se ofrece durante 24 horas al día, 365 días al año al 99% de la población. Sin duda un excelente servicio.

El pasado mes de octubre, la dirección general de mercado interior de la comisión europea solicitó al CGCOF un informe sobre la distribución de las farmacias en España. En el citado informe, además de la ordenación de las farmacias, se adjunto -entiendo para una mejor defensa del modelo- la distribución del servicio de guardias en todo el territorio español. Sin duda un refuerzo contra las tesis liberalizadoras que defiende la comisión europea. Pero claro, surge la pregunta: ¿Quién soporta el coste de este servicio?.

La planificación y su posterior ordenación se basan fundamentalmente en módulos poblacionales y distancias. Sin embargo, de la aplicación de la normativa reguladora de la prestación de los servicios de urgencia, se obtiene una carga desigual en los turnos de guardias que han de ofrecerse por las oficinas de farmacia. Y, como casi siempre, quien sale perjudicada es la farmacia rural. La farmacia urbana obtiene unos módulos poblacionales respetables, 2000-2800 habitantes por oficina, con unos turnos que oscilan entre una guardia cada 3 semanas y una cada cuatro. Sin embargo la farmacia rural llega a tener desde guardias 365 días al año hasta guardias de una semana cada cuatro.

Mi propuesta para solucionar la desproporción existente consiste, en primer lugar, en valorar el coste del servicio que se presta en urgencia. Cantidades que ya han sido valoradas en distintos estudios de consultorías especializadas. No creo que sea muy complicado su valoración actual, basta con, a partir de los calendarios de guardias de las distintas provincias sumar las guardias ofrecidas y multiplicar el número de horas que se prestan por el coste por hora del trabajo de un farmacéutico -que a su vez se obtiene de dividir el número de horas por convenio, 1770 horas, entre el sueldo más seguros sociales-. ¿Sencillo, no?. Una vez valorado el servicio, dividir su coste entre todas las oficinas de farmacia a razón de la población a la que atienden. No es lo mismo que se atienda a 280 habitantes que a 2800. ¿No es esto proporcional?. Al fin de cuentas la defensa de nuestro modelo se basa en su proporcionalidad. Las farmacias que presten mas servicio que el que le corresponde recibirán una remuneración y las farmacias que presten menos servicio pagarán. Algo así como el 5/2000, pero remunerando a los perjudicados.

Saludos.

Andrés.

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