lunes, 2 de mayo de 2011

Catálogos y subastas

Creo que merece una reflexión la "negociación" que están teniendo CACOF y SAS y a la que algunos han denominado "subasta de moléculas".

Vengo siguiendo con preocupación todo el proceso y hoy me he despertado con una información de El Global donde el CACOF clama al cielo por una temporalidad ó coyunturalidad en la aplicación del "acuerdo". Algo falla cuando se quiere unir en una misma frase conceptos tan antagónicos como medidas de recorte y temporalidad, es decir, cuando se aplican no suelen ser temporales ni coyunturales, como diría el otro: no vienen de visita, vienen para quedarse. Esto que parece tan simple no debería pasárseles por alto a los "negociadores" porque llevan ya muchos años ocupando el mismo sillón y esta experiencia ya debería facultarlos para poder percibir el olor a chamusquina que emana de esos folios.

En esta especie de teatro ó micromundo de la farmacia a veces se nos olvida que los que lo integramos somos personas, y cualquier sociólogo ó estudioso de nuestro comportamiento individual y colectivo corroboraría la afirmación de que a cualquier persona le cuesta mucho dar un paso atrás en los logros que haya obtenido. 

Sólo hay dos formas de justificar un paso atrás de esta envergadura que cambia las actuales "reglas del juego":

1- Que te lo impongan y no tengas más remedio que aceptarlo.

2- Que cuando pongas en una balanza lo que perdemos y lo que ganamos, ésta nos desvele de forma clara que este paso atrás constituye un buen primer paso ó ladrillo para la construcción de un futuro más halagüeño. 

Y es que una lectura del documento denominado "Plan de Estabilidad para la Oficina de Farmacia" -imagino no habrá problema para colgarlo de la red ya que circula por todos los ámbitos a pesar del CONFIDENCIAL difuminado en la diagonal de cada uno de sus folios- no nos ofrece por ningún sitio un plan de futuro para el colectivo profesional sino más bien parece una forma de alargar la agonía de un colectivo que parece no tener capacidad de reacción ni de ofrecer alternativas porque, para empezar, ni siquiera parece haber realizado un análisis de la situación ni por supuesto un proyecto de futuro.

Parto de la base de que soy un "catetillo de pueblo" y quizás no vislumbre el objetivo final pero, a mí se me asemeja más a una imposición, con lo que el siguiente paso sería dejar de llamarlo "negociación" pero, entonces....

¿Por qué no lo dicen claramente los "negociadores"?....

Desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla....

Un fuerte abrazo a tod@s,
Javier

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