lunes, 28 de noviembre de 2011

DESDE LA ATALAYA DEL CASTILLO V

DE HEROES A VILLANOS

La farmacia rural española ha pasado de héroe a villano, definición que aunque poco original y manida, ilustra de forma incuestionable la situación actual. Podríamos preguntarnos qué ha ocurrido para llegar a esta situación, cuando sobre la farmacia española se cernía la amenaza de Europa en forma de Dictamen Motivado, la profesión puso como escudo ante el peligro de desregulación del modelo a la farmacia rural como único valor que podía justificar un modelo reglamentado como el español. Pero de forma paralela a esta puesta en valor de la farmacia rural, se produce una degradación de la economía de este tipo de farmacias, quedando algunas de ellas en una situación insostenible.
Ante esta situación la farmacia rural, toma conciencia de la importancia que su labor tiene para el conjunto de la farmacia española, comienza a organizarse y reclama se tenga en cuenta su circunstancias y que teniendo en cuenta su importancia, reconocida por todos para la continuidad del modelo, se arbitren mecanismos que permita su supervivencia y el desarrollo con dignidad de su labor profesional.
Pero la profesión, ante una situación que ella misma reconoce como insostenible, y ante la presión de los representantes de la farmacia rural, comienza a dilatar la solución en el tiempo, pidiendo que sea la administración quien la resuelva.
Y justamente, la administración toma la iniciativa, a nivel nacional con el decreto de agosto, que aunque de manera simbólica reconoce, por primera vez en la historia de nuestra profesión, que algunas farmacias para su supervivencia necesitan una ayuda por parte de la misma. Y a nivel autonómico Andalucía en su proyecto de concurso de moléculas, habilita también una ayuda para las farmacias rurales.
En este escenario, algunos de nuestros dirigentes, públicamente han declarado, lo que muchos piensan en privado, que la mejor solución sería la desaparición de muchas de estas farmacias rurales, postura avalada por el archivo del Dictamen Motivado, que anima a este tipo de soluciones, ante un hipotético horizonte libre de amenazas para el modelo.
Particularmente creo que se equivocan, en primer lugar porque anulan el único argumento que avala el modelo, y no sabemos que nos depara el futuro, y en segundo lugar porque soluciones de este tipo quizás satisfagan a un sector de la profesión, pero no a la sociedad ni a la administración.
La administración, la sociedad si valoran la labor de la farmacia rural, de otra forma no se entendería que las subvencionara, pero además, y como aviso a navegantes, las cabezas de huevo pensantes de nuestra profesión, deberían plantearse que una vez que la administración mediante este sistema de subvenciones forme una red básica de farmacias, puede entender que las que sobran son otras. Y justo los que plantean estas soluciones descabelladas son los que por una miras cortoplacistas y un egoísmo desaforado ponen en peligro un modelo al que tanto ha ayudado la farmacia rural a justificarse.
Por último, no me resisto a preguntarles a los que nos tildan con cierta sorna de botiquitas del portal de Belén, quien hará de Herodes y de Judas en esta representación.
Por cierto si no recuerdo mal, en el Portal de Belén nació un niño que cambio el mundo, cuidado no ocurra lo mismo con nuestra profesión.
Francisco González Lara

1 comentario:

Andrés dijo...

Óle, óle y óle.... que bien empieza el adviento.

Un saludo,

Andrés C. Reviriego