jueves, 25 de octubre de 2012

DESDE LA ATALAYA DEL CASTILLO (y VII): 50-40-10

Ha llegado a mis manos una circular de un Colegio Provincial, donde el presidente comunica a sus colegiados que ante la situación de crisis, el descenso de ventas y el horizonte de caída de la factura a los sistemas público de salud, propugna que se deben mentalizar en cambiar el 80-20 por el 50-40-10. Es decir el 80% de facturación de medicamentos financiados junto con un 20% de venta libre por un 50% de medicamentos financiados, un 40% de venta libre y un 10% de ingresos provenientes de la cartera de servicios remunerados.

Que el presidente de una provincia donde existen numerosas farmacias rurales, muchas de ellas por debajo de 500 habitantes, propugne como panacea a todos los problemas de la farmacia una solución basada en un incremento del 100% de la venta libre y el cobro de servicios que ya en la mayoría de los casos se están realizando de manera gratuita en estas farmacias, demuestra una ignorancia suprema de la realidad de la farmacia o una falta de sensibilidad ante unos compañeros que ven en un horizonte cercano negros nubarrones que anuncia un posible cierre.

El discurso de algunos de nuestros dirigentes, que durante años han estado negando la crisis que se cernía sobre la farmacia española, que con cortedad de miras no han sabido intuir que la retribución ligada a un margen de medicamentos que cada vez tienen un precio menor nos llevaría a la situación actual, que creyeron encontrar el bálsamo de fierabrás en la dispensación de genéricos con magnificas bonificaciones, que el tiempo ha demostrado que era una política corto placista y que se ha vuelto contra la farmacia, con la famosa subasta de moléculas andaluza o el actual sistema del PMB a nivel nacional, todo demuestra que no tenían una idea elaborada, una estrategia a medio o largo plazo, simplemente en años de bonanza se han dejado llevar por la ola sin ideas ni soluciones, lo que ha producido a una situación de verdadera emergencia en la farmacia española.

Cada vez estoy más convencido que muchos de ellos, se han visto superados por la situación y ante una situación de emergencia se pone de manifiesto su incapacidad para afrontar los tiempos actuales. Con las soluciones que proponen hacen méritos para entrar en la muy apreciada categoría de tontos contemporáneos, sea dicho con todo cariño y sin ánimo de ofender.

FRANCISCO GONZALEZ LARA

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